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When Following Monica Jover’s artwork, one immediately notices that it mutates in every art exhibition, abstract landscapes become split landscapes, later conceptually enriched with the addition of thread, which contributed widening the meaning of her production, placing it within the aesthetics of string art.

 

Monica Jover’s artwork, unsettled like the author, wanted since years ago to move one step further. By bonding thread, color and space, Jover starts to break and unite as if an architect of nature were, or better expressed, as a contemporary landscaper.

 

She created jewels loaded with a wonderful mysticism, and an evocation towards textile tradition; later on, she displayed at Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert a step forward into her works, stablishing a bridge exhibition which I consider the previous step to the one today shown under the tittle The better place. In it, the first windows with landscapes created with layers and dimensioned, could be seen. For the first time she translates her stones into sculptures and opens new experimenting ways that set her on new paths.

 

The better place overcomes that stand-by that took place, and explores a new way, that moves us towards an open space, almost savage, where nature is nor manipulated neither extortionated by the human being. It is a tri-dimensional, with visual effects, unique space. Jover launches a new space, starting from the painting, the collage and the string art, where we perceive leaves, branches, roots, woods and forests that invade us. She enters us into dual forests where the human being polarity is reflected in their lights and shadows, plots and constructions; translating into parallelisms our nature with the Nature.

 

The exempt stones float among that mist of acrylic and stiches, uniting to a landscaping which reviews the known and evokes natural spaces in our mind.

 

Among her works there is an excellent treatment of the collage, where, without the apportion of agglutinants, she creates pieces united by her string which makes them grow like climbing ivy.

 

I watch her work and I feel the water, cascades flow into my memory, refreshing the ambient, and I am amazed to realize of the capacity of this creator to mimic among them threat, painting and reality.

 

I meditate and I see how her threat has changed, and where it meant a towns’ trajectory, a city inhabited by factories, today it becomes origin. The better place goes back to its own roots and presents the concept of the Being as a natural element between brushstrokes and dreamed landscapes.

 

Lucia Romero Segura

Historiadora y Crítica de Arte

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Siguiendo la obra de Mónica Jover, uno se da cuenta inmediatamente que esta muta en cada exposición, los paisajes abstractos pasaron a ser paisajes truncados, y después con la incorporación del hilo se hicieron más ricos conceptualmente, este le aportaba un significado más amplio a su producción, estableciéndola dentro de la estética del string art.

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Hace unos años que su obra, inquieta como la autora, quería mostrar un paso más. Uniendo el hilo, el color y el espacio, Jover empieza a romper y a unir como si de una arquitecta de la naturaleza se tratara, o mejor dicho, como una paisajista contemporánea.

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Creó joyas cargadas de un maravilloso misticismo y una evocación hacia la tradición textil; más tarde en el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert mostró un paso más dentro de su obra estableciendo una exposición puente que considero el paso previo a la serie que hoy presenta bajo el título El mejor lugar. En ella se pudieron admirar las primeras ventanas con paisajes creados por capas y dimensionándolos, por primera vez traslada sus piedras a escultura y abre nuevas vías de experimentación que la ponen sobre nuevos caminos.

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El mejor lugar supera ese impás que se produjo, y explora una nueva vía, hoy nos traslada a un espacio abierto, pleno, casi salvaje, donde la naturaleza no esta manipulada ni extorsionada por el ser humano, es un espacio único, tridimensional y con efectos visuales. Jover lanza un espacio nuevo, partiendo de la pintura, el collage y el string art, donde percibimos hojas, ramas, raíces, bosques y selvas que nos invaden.

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Nos interna en bosques duales donde la polaridad del ser humano se refleja en sus luces y sombras, planos y construcciones; traduciendo en paralelismos nuestra naturaleza con la Naturaleza.

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Las piedras exentas flotan entre esa espesura de acrílico y puntadas, se unen a un paisajismo que nos replantea lo conocido y nos evoca espacios naturales en nuestra mente.

Entre sus obras aparece un exquisito tratamiento del collage donde sin aportar aglutinantes crea piezas unidas por su hilo que las hace crecer como enredaderas.

Observo su obra y siento el agua, las cascadas llegan a mi memoria, refrescando el ambiente, y me asombro al darme cuenta de la capacidad de esta creadora en mimetizar entre sí hilo, pintura y realidad.

Medito y veo cómo su hilo ha cambiado, y donde antes significaba la trayectoria de un pueblo, de una ciudad habitada por fábricas, hoy se torna origen. El mejor lugar retoma sus propias raíces y presenta el concepto del Ser como elemento natural entre pinceladas y paisajes de ensueño.

 

Lucia Romero Segura

Historiadora y Crítica de Arte